viernes, 25 de abril de 2008

Pegadizo y breve

PEGADIZO Y BREVE

SON MUCHAS LAS SITUACIONES EN EL MUNDO DE LAS EMPRESAS QUE TIENEN SEMEJANZAS CON LA VIDA PERSONAL. ENCONTRAR LA DENOMINACIÓN ADECUADA PARA UN NUEVO PRODUCTO ES UNA DE ELLAS: SALVANDO LA DIFERENCIA, SE PARECE MUCHO A LA ELECCIÓN DEL NOMBRE DE UN BEBÉ.

ESCOGER EL NOMBRE DE UN RECIÉN NACIDO NO ES TAREA FÁCIL YA QUE TIENE QUE PONERSE DE ACUERDO LA PAREJA Y, A VECES, OPINAN LOS ABUELOS, HERMANOS, TÍOS Y PRIMOS.

En las empresas sucede algo similar. El gerente de marketing suele estar pendiente del gancho de venta; el relacionista público, del vínculo con la imagen de la empresa; el abogado que no se generen conflictos legales con productos de la competencia. Todos discuten como una gran familia.

El nombre que los padres eligen para su bebe, a su vez, también tiene que quedar bien con el apellido. En las empresas pasa lo mismo, la palabra que identifica al nuevo producto debe de ser coherente con la imagen de la organización.

Cunado se hace un lanzamiento, la elección del nombre es una de las más importantes.

Es importante que sea corto y pegadizo, de modo tal que penetre en la mente del consumidor. A la vez, no debe de alejarse de la realidad para la cual fue creada; tiene que tener relación con lo que se ofrece al potencial comprador. Décadas atrás, cuando la oferta era menor y el volumen de comunicación más escaso, la cuestión no era tan central. Pero hoy si lo es.

El nombre inicia el proceso de posicionamiento del producto diciéndole al cliente cual es su principal atributo. Esa es su misión: empezar a ganar una posición en la mente de las personas para ganar la guerra comercial contra los competidores.

Hoy, cada vez hay mas productos para satisfacer una misma necesidad y cada vez la saturación de mensajes comerciales es mayor. Por ello, el posicionamiento es cada vez más importante. Como dice el dicho, no una segunda oportunidad para una primera buena impresión.

Es bueno recordar siempre que la relación entre las cualidades de un producto y su nombre pueden existir en forma explícita o en forma tácita, racional o metafórica.

Además siempre que se eligen una o varias palabras, hay que pensar en sus aplicaciones visuales (acompañado de imágenes y slogan) y no visuales (a diferencia de otros elementos de la identidad, el texto además de ver se puede escuchar).

Es muy importante además, evitar algunos problemas típicos: los lingüísticos (palabras poco ligadas etimológicamente a los valores del producto), los de pronunciación (dificultoso o poco adaptable a los distintos mercados donde se venderá) y los semánticos (significados vagos, contradictorios no deseados).

Muchas veces, es recomendable no ser demasiado creativo. Si el conjunto de atributos es claro e interesante, no se necesita jugar a ser artista. Hay que salir a contar las bondades de ofertas y listo.

Como todo conjunto de reglas, la del nombre también tiene sus excepciones. Hay productos que han sido un éxito sin tener en cuenta todas estas consideraciones. En la mayoría de esos casos, fue porque la ventaja competitiva era tan grande que hubiera triunfado con cualquier denominación.

El viagra es quizar uno de los ejemplos más claros de éxito fuera cual fuera su nombre… ¿no?

No hay comentarios: