viernes, 27 de junio de 2008

Los efectos

Los efectos del parate productivo

La extensión en el tiempo y sectores del conflicto con el campo prácticamente frenó la actividad en el interior del país y amenaza con cortar la cadena de pagos. Córdoba, Santa Fé y Entre Ríos, al borde de la emergencia.

La falta de combustible mezclada con los cortes de rutas que llevan adelante los transportistas genera un combo dramático para la mayor parte de la industria nacional, que comenzó a adoptar medidas recesivas en respuesta a la coyuntura adversa.
Sin nafta o gasoil, los fletes no pueden llegar a las fábricas con los insumos para producir. Ni salir de ella con los productos terminados. Incluso en los sectores que cuentan con stock suficiente como para operar sin que ingresen materiales nuevos, como sucede en varios casos, no pueden comercializar sus bienes porque la logística hacia los centros de distribución o exportación se ve bloqueada por los piquetes en ruta. Se trata de un callejón sin salida que obliga a los industriales del interior del país y del Gran Buenos Aires a encender la luz de alerta avisando que los despidos podrán ser la consecuencia inmediata de este escenario.
Los primeros pasos ya fueron dados durante la última semana, en la que varias fábricas comenzaron a adoptar medidas de enfriamiento de la economía. Según una investigación que realizó FORTUNA, en Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires se comenzaron a adoptar las siguientes medidas de emergencia: reducción de horas extras; otorgamiento de vacaciones adelantadas a los operarios ; suspensión de personal y freno de algunas líneas de producción. En los casos de licencias adelantadas, se otorgan con goce de sueldo por el momento. Pero como a este cuadro se suma la ruptura de la cadena de pagos, especialmente en Córdoba, los empresarios advierten que los despidos podrían ser la próxima alternativa.
Fernando Sibilla, director ejecutivo de la Unión Industrial de Córdoba, destacó que el escenario productivo se complicó durante esta última semana de modo alarmante. "Hay varios sectores que están teniendo serios problemas, e incluso han tenido que suspender personal", dijo. El directivo destacó que los afectados no son sólo los sectores ligados al campo, como los frigoríficos, lácteos, agroindustria, y maquinaria agrícola, sino el resto de los sectores fabriles que tienen peso fuerte en la provincia: automotrices, autopartistas, calzado, madera, plástica, gráficos, e informática.
"El panorama se complicó mucho porque no están llegando los insumos a las fábricas, y eso impide la producción. También hay dificultades para sacar el producto terminado a los centros de distribución o hacia la exportación", explicó Sibilla.
Según precisó, las suspensiones de personal en el sector cárnico se comenzaron progresivamente hace 10 días. De hecho, hay relevamientos que indican que el sector frigorífico está trabajando al 8% de la capacidad instalada. La firma Alladio, productora de lavarropas marca Aurora y Drean, y la automotriz Renault, también se subieron al tren de las suspensiones temporarias, dijo. Y agregó que hay algunas fábricas que por el momento decidieron otorgar vacaciones adelantadas al personal para enfrentar la desaceleración productiva. Otras, explicó, han optado por parar una línea de producción y seguir con el resto.
Voceros de Renault explicaron a FORTUNA que efectivamente han decidido suspender a 1.000 de los 1.100 empleados directos que tiene la automotriz en la localidad cordobesa de Santa Isabel desde el jueves 19 hasta el domingo 22 a la noche, cuando estiman retomar la producción. La suspensión es con goce parcial de sueldo (se paga el 70%). En este sentido, la compañía destacó que la decisión no se tomó sólo por el corte de rutas y la falta de combustible que está afectando al grueso de las industrias. También sufrieron otros contratiempos que se vienen sumando desde hace casi 2 meses. Uno de ellos fue un paro en la aduana de Brasil, desde donde la empresa del rombo importa insumos y exporta partes y autos. Luego se sumó un paro sindical en un puerto de Francia desde donde también importaban insumos. Después vino el humo y la niebla en ruta, que complicó la logística. A esto se anexó un incendio, hace 10 días, en un depósito de partes ubicado dentro de la fábrica de Córdoba. Y ahora se terminó de complicar el cuadro con los cortes de ruta y la baja disponibilidad de combustible para transporte.
OTRO MUNDO. En la provincia de Entre Ríos, el panorama es más complicado aún. Carlos Gallucio, presidente de la Unión Industrial de Entre Ríos, admitió que el 85% de la actividad industrial de la provincia está gravemente afectada por ese mix de cortes de ruta y desabastecimiento de combustible. "Vengo de Capital Federal, donde estuve en los últimos días, y te puedo asegurar que es otro mundo. Acá, en Entre Ríos, la gente no puede llegar al trabajo porque el transporte público opera con frecuencias reducidas porque no hay combustible. En las estaciones de servicio, las colas para cargar alcanzan las cinco cuadras", destacó.
En este sentido, señaló que el servicio municipal de barrido y limpieza también empezó a reducir su actividad por el mismo motivo. El directivo destacó que la carencia de combustible es la razón central de la parálisis que está afectando a las industrias entrerrianas, por los mismos motivos alegados por su par cordobés: los insumos no llegan porque los camiones no tienen combustible, y la logística de distribución y arribo a puertos para exportación también está congelada.
A diferencia de Córdoba, en Entre Ríos la cadena de pagos aún no se vio afectada, pero estiman que es cuestión de días hasta que surjan los primeros quiebres como consecuencia lógica del escenario que atraviesa el sector productivo.
Una solución ingeniosa lograron encontrar el lunes último las empresas avícolas, que en su mayoría tienen las granjas en la provincia de Entre Ríos. Las plantas estaban desabastecidas de alimento balanceado para alimentar a los pollitos, por lo que tenían previsto sacrificarlos y de hecho, avanzaron parcialmente en este sentido. Pero luego decidieron sentarse a hablar con los vendedores del cereal, los transportistas en piquete, y el resto de los involucrados en el negocio para acordar no frenar la actividad, ya que hacerlo generaría un perjuicio no sólo para las empresas que comercializan los pollos, sino también para el resto de los actores, ya que la cadena de pagos se rompería y sería muy arduo restablecer la normalidad. Sólo en este caso, y a través del diálogo, el problema se está sorteando por el momento, según explicó Roberto Domenech, presidente de la CEPA (Cámara de Empresarios Procesadores Avícolas). El empresario destacó que pese a este acuerdo, se acabó el financiamiento. Es decir, todo se paga al contado y la estabilidad lograda en las operaciones se debe remar día a día.
En Santa Fe la realidad se repite como en las provincias vecinas. Eduardo Pascucci, gerente de la Unión Industrial de Santa Fe, admitió que ya hay cortes en la cadena de pagos y empresas que comenzaron a otorgar licencias adelantadas y suspensiones de personal en el caso del grueso de los frigoríficos, aunque lo hacen con garantía horaria, es decir, sin pagar horas extras pero abonando el salario sin descuentos.
Uno de los sectores claves de la provincia de Santa Fe es el lácteo, que sufre dificultades para recibir la leche de los tambos por la falta de combustible. De hecho, las fuentes destacaron que la única petrolera que está vendiendo en forma fluída es Shell, porque trae el combustible por medios fluviales.
La firma Celulosa Moldeada, que opera en la provincia fabricando cartón corrugado avanza en la suspensión de personal, aseguran en la UISF.
En la provincia de Buenos Aires las industrias están empezando a sentir el cimbronazo, aunque la realidad es muy diferente a la del interior del país. Fuentes de la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires destacaron que las fábricas que están más ligadas a la actividad agropecuaria son las que más afectadas están en sus operaciones, ya que dependen del ritmo del campo, que está prácticamente paralizado desde hace 100 días. Es el caso de los fabricantes de partes para fabricación de herramientas y maquinaria agrícola, que sufren una caída de la demanda del 50%. Pero no son los únicos. Según relevamientos que poseen en la entidad, el sector metalmecánico, calzado y textil que opera la provincia ya advirtió que teme por la eventual ruptura de la cadena de pagos. Los voceros de la entidad explicaron que uno de los problemas que están sufriendo es la baja competitividad por el aumento de costos laborales, especialmente salarios, que en el caso de las PyMEs representa un 30% de la estructuras de costos operativos. Además, las empresas denuncian aumentos de costos en las materias primas que terminan afectando la rentabilidad del negocio.
En este escenario es que las industrias de la provincia de Buenos Aires sufren una baja de ventas de entre 25 y 50 por ciento. Lo que no se está vendiendo se guarda en stock. "Si no se resuelve urgente el problema de la falta de combustible y el conflicto por las rentenciones, las industrias deberán parar", señaló uno de los voceros de la entidad fabril.

EFECTO DOMINÓ. La consecuencia directa de este mapa que afecta el funcionamiento normal de las industrias es el desabastecimiento. Susana Durán, presidenta de CEDEAPSA aseguró hoy que "la mayoría de los supermercadistas chinos suspendieron el 30% de sus empleados por la falta de bienes para la venta". Es decir, la depresión en las fábricas ya tuvo su impacto inmediato en el empleo del comercio minorista. Sobre el volumen de ventas, los supermercadistas advierten que habrá que esperar el cierre del mes para sacar conclusiones. Aunque desde algunos sectores ya se adelantó que a las segundas marcas están reemplazando los faltantes de etiquetas de primera línea y lo hacen a precios más caros, según surgió de un relevamiento privado realizado en la ciudad de Mendoza.
Tanto los industriales del interior del país, como los comerciantes a nivel nacional, que dependen de la provisión de las fábricas, coinciden en afirmar que la única salida de esta encrucijada es el diálogo entre la mesa de enlace del campo y los representantes del Gobierno Nacional.

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