viernes, 27 de junio de 2008

El petróleo

El petróleo también da pelea por su retención

El presidente de Shell afirma que el esquema de retenciones al sector tiene que modificarse "ya" y que la renta petrolera de la compañía está siendo expropiada. El impacto del conflicto agrario y los problemas de desabastecimiento.

El presidente de Shell, Juan José Aranguren, mira por sobre sus anteojos como para enfatizar sus dichos, y dispara: "Si la situación del sector no se resuelve ya, en la Argentina muy pronto no vamos a tener ni crudo ni derivados. Con estas retenciones al sector, o aumentamos los precios o nos quedamos sin combustible. Nos están expropiando la renta".
Si bien por un lado el parate originado por el conflicto agrario retrasó la polémica sobre lo que, para muchos, iba a ser otro invierno más de mangueras cruzadas en las estaciones de servicio, la situación también demoró la discusión de un tema de fondo y de profundo debate en el sector petrolero: las retenciones a sus exportaciones.
El titular de la anglo holandesa es el petrolero que menos se calla y el que más palos ha recibido por ese motivo. Su enfrentamiento con funcionarios del Gobierno ya es un clásico de la era K. Tanto que pesan sobre él varios pedidos de prisión que fogonea el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
"Así como en los ‘90 teníamos la droga del tipo de cambio, hoy el estupefaciente del que no podemos liberarnos son los precios energéticos bajos. Las señales están: con estos precios nadie invertirá nada", le asegura el ejecutivo a FORTUNA.
Ahora, además de la problemática coyuntura del sector, el conflicto del campo entorpece, y mucho, la llega de combustible a todo el país. "Son días complicados. Igual, tiene que quedar claro que esto no es un problema de logística: las refinerías producen lo justo y, de hecho, tenemos que importar gasoil. Capacidad de refinación que se pierde por una planta que se para, por un error operativo, por falta de crudo o por demora en la exportación, no se recupera más. Y eso es igual a más demanda insatisfecha o mayor necesidad de importar", agrega.

RESOLUCIÓN POLÉMICA. Más allá de la escasez de combustible de estos días y de la producción de petróleo local que no para de caer desde 1998, Aranguren pone énfasis a la hora de destacar otras falencias. "En la Argentina escasea el sentido común. Hay poco, es cierto, pero puede aumentarse y sin necesidad de que le apliquen la Ley de Abastecimiento", bromea recurriendo a una herramienta legal con la que el Gobierno lo amenaza seguido.
Hasta ahí llegan los chistes para Aranguren. El resto es preocupación. Hasta noviembre de 2008, el sector petrolero tenía retenciones a las exportaciones del 30% para crudo y del 5% para productos derivados (menos gasoil, que pagaba un 20%). Pero Moreno levantó el teléfono del por entonces ministro de Economía Miguel Peirano y la Resolución 391 vio la luz.

Fortuna: ¿Qué pasó después de noviembre?
Aranguren: Por resolución, se fijó un corte de u$s 42 por barril exportado. Independientemente del valor internacional del petróleo, que hoy es de u$s 132 por barril, el exportador recibe esa cifra. Así se fija un techo y para abajo se descuenta según el tipo de crudo. Pero los productores interpretaron que, en realidad, u$s 42 era un piso. Y ese fue el origen de las discusiones.

Fortuna: En realidad, ¿qué es lo que se discute?
Aranguren: El precio del petróleo para exportación, que como se consume localmente da una señal interna de precios. Con todo, en la práctica, no es tan fácil exportar: hay que publicar la intención durante tres días en diarios nacionales y si aparece un interesado local, tiene prioridad. Además de todo eso, hay que pedir autorización expresa a Energía. Hoy sólo se exporta nafta virgen y común y algún otro derivado sin demanda, por eso nadie puede decir que la retenciones están puestas para dar señales de precios al mercado interno. La Resolución también puso una retención del 70% para los derivados. Como antes sólo era del 5%, esa diferencia subsidiaba los bajos precios internos. Ahora la exportación de productos que no se consumen en el mercado interno no nos conviene y ya no tenemos esos ingresos extra. La ecuación del refinador es preocupante: estamos en rojo.

Fortuna: ¿Qué está haciendo el sector y el Gobierno para resolver el tema?

Aranguren: En un momento hubo un borrador, un principio de acuerdo informal, que fijaba el 42% como piso y se bajaba las retenciones de derivados al 50%. Pero llegó el 11 de marzo y todo se congeló. Creo que pensaron que no iba a estar muy bien visto que se bajaran las retenciones petroleras cuando se las aumentaban al campo. Pero la sensación actual es que están dejando que todo fluya y que nada se resuelva. A la Resolución hay que cambiarla sí o sí. Es responsabilidad de todo el mercado hacer presión para modificarla.

DOS CRISIS.
En medio del conflicto agrario, otro cruce gremial sacudió al sector de hidrocarburos. El paro de los obreros petroleros de Santa Cruz hizo que Shell tuviera que parar una unidad de su planta de Dock Sud, alegando falta de materia prima para refinar. Si bien el conflicto que duró más de un mes está resuelto, el petróleo llega en cuentagotas a Buenos Aires. Y, además, muchas rutas continúan cortadas por ruralistas y transportistas. Aranguren reconoce que los cortes complican mucho la situación y pone como ejemplo el feriado del lunes 16, cuando Shell tuvo que apurarse a abrir su depósito ni bien se liberaron algunos caminos. También tuvieron que mandar combustible de Dock Sud a Rosario porque desde Santa Fe no podían bajar los camiones. "Córdoba estuvo varios días sin producto y reestablecer la situación no va a ser fácil", reconoce.

Fortuna: Hasta el momento, ¿qué evaluación hace del impacto del paro agrario en la industria de combustibles?

Aranguren: Lo suelo decir irónicamente: suerte que estuvo el paro del campo porque si no hoy estaríamos hablando de la falta de gasoil. Si todos salen a cosechar o sembrar lo único que podemos hacer es importar productos. Pero el campo no tiene la culpa: los sistemas de refinación y transporte están trabajando al máximo. Para tener pleno abastecimiento de cualquier commoditie hay que asegurar stock, plantas adicionales y otras cosas que permiten aguantar en las emergencias. Nosotros vamos a tener que acostumbrarnos a estos ruidos porque pleno abastecimiento no habrá… al menos en el corto plazo.

Fortuna: ¿Cuáles son los niveles de importación actuales de la compañía?

Aranguren: Estamos trayendo un cargamento de 42.000 m3 de gasoil y comprando otro que llega el 10 de julio, de 45.000 m3. Pero a costos que seguro van a presionar sobre los precios del mercado interno.

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